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To: All people of faith and all people of good will | Todas las personas de fe y a todas las personas de buena voluntad

All Rights for All, Without Borders

As scholars and teachers of religion, we rejoice that public pressure led to initial steps to end family separation. Yet, we remain deeply concerned with the Trump administration's attempt to substitute mass detention of families for a "solution" for family separation. These practices continue to be rooted in an inhumane policy of “zero tolerance” that is morally, ethically, and spiritually reprehensible, and we exhort all people of faith, and all people of good will, to reject and resist this immoral approach.
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Como estudiosos y maestros de teología y religión, nos alegramos de que la presión pública haya dado los primeros pasos para terminar con la separación familiar. Sin embargo, seguimos profundamente preocupados por el intento de la administración de Trump de imponer la detención masiva de familias como una "solución" para la separación familiar. Estas prácticas tienen sus raíces comunes en una política inhumana subyacente de "tolerancia cero" que rechazamos moral, ética y espiritualmente, y exhortamos a todas las personas de fe, y a todas las personas de buena voluntad, a rechazar y resistir este paradigma excluyente.

The full petition text and complete list of original signers and their affiliations are hosted at the Seminary of the Southwest: https://ssw.edu/news/interfaith-group-religious-scholars-unite-speak-us-immigration-policy/

Why is this important?

Our current immigration policies based on the principles of deterrence violate the basic commitments of our different faith traditions, which 1) emphasize the sacred dignity of all humans; 2) see humanity as belonging to one family, thus no one is a stranger; 3) demand that society and individuals care for the needy and stranger among us; 4) demand truth, instead of the lies used by this current Administration concerning the character and personhood of brown people to justify draconian and cruel policies; and 5) call the faithful to fight for a just society free from the abuse and oppression of others.

Even with President Trump’s partial policy reversal, we are concerned that the underlying dehumanization and criminalization of refugees and asylum seekers at the border remains in place. These policies violate both national and international law. Moreover, such inhumane practices continue this country’s original sin: racism defined by targeting and tormenting people of color in the name of supposed self-defense as rule of law. That many refugee children and families find abuse at the hands of our government instead of favor is merely the latest instance of the racism that infects our country’s soul.

We abhor both the separation of families and the fact that families seeking refugee status are being incarcerated instead of receiving aid. We acknowledge that some of the people employed to carry out unjust orders despise the directives that the Trump administration has given them. So we call on one another to declare, unequivocally, the equal and full humanity of all who find themselves on our borders – regardless of their documentation status – for we are all members of God’s Creation.

We encourage full participation in actions that resist these unjust policies. We remind this administration of the immense network which we represent and that our base is prepared to use its theological, political and legal resources to ensure the safety and wellbeing of these children and their families. Our diverse faith traditions speak with one voice, calling us to embrace refugees and secure their protection. Indeed, we deny our faith, ethics, and humanity when we remain silent or complicit in the death and dehumanization of others. Our convictions demand that all of us stand in solidarity with the oppressed in this struggle for liberation.
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Nuestras políticas migratorias actuales basadas en los principios de disuasión violan los compromisos básicos de nuestras diferentes tradiciones de fe, que 1) enfatizan la dignidad inherente y sagrada de todas las personas; 2) comprenden a la humanidad como perteneciente a una sola familia, que implica que por lo tanto, nadie es un extraño o una extraña; 3) demandan que la sociedad y las personas se sientan interpelado/as y comprometido/as con los extraño/as entre nosotros; 4) exigen la verdad y la justicia, en lugar de las mentiras utilizadas por esta Administración actual con respecto al carácter y la dignidad de las personas y comunidades de color para justificar políticas crueles e injustas; y 5) llaman a los fieles y personas de conciencia a luchar por una sociedad justa libre del abuso y la opresión de los demás.

Incluso con el logro parcial de frenar la política de separación de las familias impuesta por el presidente Trump, nos preocupa profundamente que la deshumanización y criminalización subyacente de los refugiados y solicitantes de asilo en la frontera siga vigente. Estas políticas violan el derecho nacional e internacional. Además, tales prácticas inhumanas le dan continuidad a, y profundizan el pecado original de este país: el racismo caracterizado por la explotación y victimización de las personas de color en nombre de una supuesta defensa del estado de derecho. Que muchas niñas y niñas y familias de solicitantes de asilo y refugio sufran por el abuso a las manos de nuestro gobierno en lugar de la protección a la que tienen derecho, es simplemente la última instancia del racismo que infecta el alma de nuestro país.

Aborrecemos tanto la separación de las familias como el hecho de que las familias que buscan el estatuto de refugiado estén siendo encarceladas y penalizadas en lugar de recibir la ayuda que merecen. Reconocemos que algunas de las personas empleadas para ejecutar y cumplir órdenes injustas desprecian las directrices que la administración Trump les ha impuesto. Llamamos a todas y todos a proclamar, proteger y defender, inequívocamente, la humanidad igual y plena de todas las personas que se encuentran en nuestras fronteras, independientemente de su estado migratorio, ya que todas y todos somos miembros de la comunidad mundial de la Creación de Dios.

Alentamos la participación plena en acciones efectivas que resistan estas políticas injustas. Recordamos a esta administración la inmensa red que representamos y que nuestra base está preparada para usar y movilizar sus recursos teológicos, políticos, sociales, culturales y jurídicos para garantizar la seguridad y el bienestar de estas niñas y niños y sus familias. Nuestras diversas tradiciones de fe hablan con una sola voz, llamándonos a abrazar y darle la bienvenida a las personas que solicitan asilo y refugio y migran en búsqueda de una vida mejor, y asegurar su protección. De hecho, negamos nuestra fe, nuestra ética y nuestra humanidad cuando permanecemos en silencio o somos cómplices de la muerte y la deshumanización de los demás. Nuestras convicciones exigen que todas y todos nos solidaricemos con los oprimidos en esta lucha por la liberación.

Original drafters and signers include Rev. Dr. Danielle Tumminio, Rev. Dr. Miguel A. De La Torre, Bishop Minerva G. Carcaño, Rev. Dr. Peter Heltzel, Rev. Dr. Pamela R. Lightsey, Rev. Dr. Shannon Craigo-Snell, Rev. Dr. J. Kameron Carter, Rev. Traci Blackmon, Rev. Dr. Noel Castellanos, and Rev. Dr. Katharine R. Henderson.

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2018-06-27 09:11:40 -0400

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